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Inseguridad

Las dudas sobre la viabilidad, sobre nuestra capacidad o experiencia, provocan inseguridad. “Ser empresario significa afrontar un reto diario en el que no sabes lo que va a suceder mañana”, confirma Lois Babarro, CEO de Intensive Learning, consultoría de idiomas especializada en traducción, interpretación e inmersión lingüística. Para gestionarla:

Identifica tus carencias. Sólo así podrás resolverlas. Es un tema de valentía personal. “La frustración te avisa de un posible límite o falta de capacidad. Debes investigar sobre ellos para idear nuevas formas de hacer las cosas que funcionen,” puntualiza Víctor Pacheco.

Comparte tus dudas. Muchas veces, compartir tus inseguridades con terceras personas ayuda a mitigarlas. “En mi caso, que mi socia sea mi mujer ha sido de gran ayuda nos llevamos 
los problemas 
a casa, pero 
al día siguiente 
regresamos al 
trabajo con las soluciones”, explica David Reinares, cofundador de Bagsonalité, empresa de fabricación de bolsos de piel con desarrollo de línea propia bajo la marca Reinares.

Selecciona mentores. Cuando el proyecto cuaja, a menudo surge el sentimiento de que “te viene grande y te estresas. Por eso es bueno ir de la mano de un experto que nos ayude y oriente,” insiste Seguí. Busca mentores o asesores.

Persigue tu meta. La inseguridad tiene mucho que ver con la incertidumbre. Eso es lo que le pasó, por ejemplo, a Jesús García Cortés, fundador de Best Moving Eurosouth SlU, una empresa de mudanzas internacionales. “Después de 25 años trabajando por cuenta ajena, me vi afectado por un ERE y tuve que reinventarme. Me surgieron muchas dudas, pero me lo planteé como una montaña que había que subir y sin marcha atrás.” Así que fíjate una meta y ve a por ella.

Y divídela en objetivos pequeños y alcanzables. Zarzo habla de “revisarlos para comprobar que son realmente medibles. Sólo así podrás ver cómo vas superando etapas, imprescindible para recuperar la confianza y la autoestima”. Una práctica que le ha sido muy útil a Javier López: “cuando perdí un gran cliente, me vine abajo y comprendí que lo más importante es ponerse unos objetivos reales para ser capaz de cumplirlos”.